He conocido hace poco SCLIPO , un curioso portal cuyo lema me encanta "Broadcast your skills".
Cuando los Buggles pusieron de moda la canción "Video Killed the Radio Star" (no perderse la letra) probablemente nunca imaginarón que internet algún día mataría al dvd y a la propia televisión.
"...En el 2000 intentábamos ver la web en el televisor, ahora, en el 2007 intentamos ver la televisión en la web"
IP killed the TV star
El código de barras, no sólo supone un cambio en la vida nuestras compras en el supermercado desde que aquella cajera valenciana en 1977, pasara el primer paquete de tranchettes por la lucecita roja (os imagináis la cola en el Carrefour sin este invento? Aún recuerdo esos Supers de barrio en los que tecleaban precio por precio), también supone un excelente exponente del diseño post moderno.
Atravesando el Peloponeso Griego este verano, Txema me enseñó un excelente artículo de una revista de arquitectura (no recuerdo el nombre) en la que se mencionaba la olvidada contribución a la historia del marketing científico de la mujer de Francis Crick, Odile, cuando el 25 de abril de 1953 dibujó y enseñó al mundo la cadena de ADN en estructura de doble hélice que Watson y Crick descubrieron.
Efectivamente, la doble hélice del ADN representa una de las imágenes científicas más explotadas y su perfección formal y estética deja los pelos de punta. La composición, la simetría y la capacidad de comunicación y comprensión de esta ilustración, todavía no ha sido superada por ningún avance científico. Como explica ba el artículo, cierto es que, la maestría y contundencia de un perfecto E=mc2 de Einstein, equilibrado, estable, poderoso (que junta Energía, masa y velocidad… qué tres elementos), supera con creces desafortunados alardes estéticos como la fórmula de la gravitación universal de Newton (llena de quebrados, superíndices y desequilibrio).
El caso es que el Código de Barras, como la doble hélice, representa un hito también en el diseño estético. Adoro su imagen, su verticalidad monocolor. La dimensión del espacio y el indescifrable olor a modernidad. La línea y la cifra en perfecta armonía.
El código de barras se ha convertido también en un símbolo de nuestra sociedad, un objeto de culto y una imagen plástica que todavía resiste al sofisticado e inexpresivo chip de RFID.
Hace unos días. ando dando vueltas a la posilidad de pasarme a la Mac fruto de mi reflexión sobre la gestión del Media en casa y la capacidad de mi maltrecho portátil. Es claro que tengo una personalidad Apple y también es claro que soy un eterno caprichoso.
Hoy Apple Store abre su primera tienda en Barcelona. Por fin, mi más triste perdición. Coincidiendo con este dilema de mi amor platónico por la iMac, he recibido una carta como socio de la Fnac que me invita a pasar por la inaugaración y promete un gran regalo si compro hoy...
Uff.. soy una víctima.
Qué haré?? por favor... que me aten a una farola esta tarde entre 18.00 y 22.00 horas...soy un enfermo.. que alguién me entienda.
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