Mi gran indigestión consiste en proteínas de estrés, algunos hidratos de carbono en forma de anulación del individuo y un fuerte contenido en trabajo. He ido a mi doctor. Me ha impuesto un régimen severo con algunas condiciones. La primera: tengo que quitarme la sal. Después, moderar mis deseos sobre los dulces que me rodean y sobretodo no tomar ningún estimulante como el café o las decepciones referentes a algunas personas. La dieta se compone de: 200 gramos de lectura, 150 gramos de satisfacción personal y amor propio, 2 litros diarios de música de piano y entre 5 y 7 abrazos al día. Me ha recomendado practicar con los besos aunque ya le he advertido que no los venden en las tiendas.
Esto de comer todos los días fuera de casa no ayuda. Me ha dicho también, que las llamadas al móvil y los correos electrónicos entre horas es de lo peor que hay contra la indigestión mental. No sé, conozco algunos amigos que han adelgazado unos kilos con todo esto. Suelen desaparecer para centrarse en el plan. Después aparecen con una nueva novia o algún hijo más, según el caso.
El doctor me ha dicho que todavía no es grave, que se me van signos de esperanza: a veces lloro, me gusta divertirme y viajar elimina entre 5.000 y 8.000 calorías por día. Sobretodo me ha recomendado eliminar las comidas de trabajo y los atracones de Facebook. Espero que con todo esto no me muera de hambre. Siempre quedan los banquetes de gula. A esos me resigno. ¿Alguien me invita alguno?
Tela de dieta, te va a costar, animal de la red como eres. Yo, como hermano de médico que soy, te añadiría la obligación de fundir para la eternidad la luz roja de la blackberry, germen de ansiedad como pocos en mi vida.
Si necesitas algo de paz y amor, por aquí vamos sobrados.
Un abrazo.
Publicado por: Iván | 18 octubre 2009 en 10:43 a.m.
Aquí te mando sergio, unos fragmentos de poemas-bálsamo:
Lejos tú, lejos de ti,
yo más cerca de mí mismo;
afuera tú, hacia la tierra;
yo hacia adentro, al infinito.
No corras, ve despacio,
que adonde tienes que ir es a ti solo!
¡Ve despacio, no corras,
que el niño de tu yo, reciennacido
eterno,
no te puede seguir!
un abrazo
María
Publicado por: María | 18 octubre 2009 en 11:12 a.m.
Gracias Ivan... respecto de la lucecita.. en iphone no disponemos de ella con lo que evitamos algunos ataques de ansiedad pero tenemos los dichos "globitos" que anuncian mensajes.. :)
María.. fantástico tu poema... muchas gracias.. por cierto de quién es? me gustó...
Publicado por: sergio cortés | 18 octubre 2009 en 11:41 a.m.
Estimado Sergio.
Estudiado tu caso tenemos unas propuestas alternativas:
1. Dieta macrobiótica. Basada en energías Ying y Yang y su equilibrio, evita alcohol como producto eufórico, resultado de falsas esperanzas; como también las grasas saturadas en especie de mentiras dulces "industriales" y deadlines imposibles como tragar sin masticar.
2. Dieta Mediterranea de 3 S. (Sun, sex and send). No description is attached, improvise.
3. Unos consejos extra: no comer 2-3 horas antes de dormir, el cerebro como bici rota no parará de dar vueltas y no le lleva a ninguna parte. Si la cosa es demasiado grande o pesada como para digerir tu solo, hay que repartir las raciones. Piano, abrazos y besos en su conjunto pueden causar extasía que seguramente aumenta metabolismo.
4. Y por último, de la autora, receta de mi abuela: las cosas dulces y naturales nunca engordan, aunque sea antes de dormir, si estan hechas con cariño.
Es bueno que Ud preste atención a su cuerpo y mente. Porque somos lo que comimos.
Publicado por: Natalia N | 18 octubre 2009 en 01:41 p.m.
Busca una aldea perdida, sin cobertura, sin redes, en donde Internet sea un personaje de ficción para sus habitantes, mézclate con ellos. Por la mañana pasea por sus huertas, y veras la satisfacción personal de recoger sus frutos, a medio día recibe una clase de cocina en una de sus casas te sentirás como si comieses en la tuya, en la sobremesa juega una partida de domino con los mas longevos del lugar y quítate el estrés dando grandes golpes en la mesa, a la noche saca la guitarra y disfruta de la tranquilidad y paz del lugar.
Un abrazo
Publicado por: Galan | 19 octubre 2009 en 07:55 p.m.
Em sonen moltes d'aquestes situacions, jo fa uns mesos vaig canviar de feina a menys sou i menys responsabilitats, i dono gràcies per haver-ho fet!
Quan feia el canvi, vaig escriure:
CANVI
Paralitzat per l’expectativa,
Penalitzat pels complexos
Sabedor de l’oportunitat,
Temerós de les conseqüències.
Alhora, però,...
Il•lusionat pel retorn,
Coneixedor dels avantatges,
informat dels beneficis,
implicat en el projecte.
Alhora, però,...
Ennuvolat pel context,
mermat de recursos,
enfilat en les il•lusions,
abraçat a les esperances.
Alhora, però,...
Envoltat d’ànimes bessones,
enlairat pel tracte rebut,
emocionat amb la situació,
satisfet amb l’evolució.
Alhora, però,...
Atrapat en les rutines,
desitjós de futurs canvis,
sotmès al pas del temps,
renovat en algunes actituds.
Alhora, però,...
Nerviós per l’esdevenidor,
inundat de dubtes,
àvid d’experiències,
saturat d’hipòtesis.
Alhora, però, content.
Alhora, però no sempre.
Ignasi Papell – 25 de maig de 2009.
Publicado por: Ignasi | 20 octubre 2009 en 10:32 a.m.
interessant ignasi, interessant... per cert, on pares ara? :)
Publicado por: Sergio Cortés | 22 octubre 2009 en 11:35 p.m.