(a Victor Jara.)
Somos lo que nadie quiso ver,
las horas y los tiempos austeros.
Los que caían en la normal conversación
y hacían después como si nada,
vida monótona y acción ralentizada.
Estábamos llamados a lo vulgar,
a las noches dormidas y los días pesados,
como quién es llamado a la vida,
con fecha incierta y seguro fin.
Entonces llegó la llamada,
la necesidad de ver y las ganas de gritar,
El día en que hubimos de
desalambrar los caminos,
hundirnos en el barro: buscar la Meta.
Tuvo que ser el día,
la hora precisa de los que se comprometen
y el silencio vibrante de los que miran.
Nosotros:
los que hemos de hacer futuro.
Tú y yo,
bajo ese próximo paso
que adelanta apresurado.
© Sergio Cortés
...es tuya y de aquel,de Pedro y María,de Juan y José.Bonito poema, Sergio.
Publicado por: Miguel Ángel | 04 febrero 2008 en 01:56 p.m.